No hay principio sin fin, ni en la vida, ni en el llanto, ni si quiera en la alegría... Tampoco hay fin para el olvido, aun menos para alguien que no sabe olvidar...
Estamos ya a un par de años de tu partida, mi bello y mas sabio ángel, mi espejismo, aquella mentira que decidí creer.
No tengo muchas palabras acerca de ti, y lucho contra el olvido para que perdone al menos tu esencia en mi escasa memoria; no me gusta pensar en olvidarte, pero el olvido ya es parte de mi.
Fuiste todo para mi, y en algún momento te ame mas que a cualquiera, por tu sencillez, por tu sabiduría, por esas palabras que tu tan bien proferías, que la felicidad era fácil de alcanzar, y que la vida era un regalo que tarde o temprano tendríamos que devolver.
Ni si quiera recuerdo por que te ame, ni si quiera recuerdo el haber sonreído, ni haber sido parte de ti.
Difícilmente recuerdo el principio de todo, una pequeña llena de sueños, tan noble a sus ideales, tan encadenada a si misma como a la realidad que desmerecía sus dones; con mucho trabajo aun recuerdo tu armonía, y la paz que todos encontraban en ti... Tus cadenas nunca fueron livianas, y las llevaste contigo hasta el ultimo día de tu vida.
Pequeña poetiza, escribías en tu vida tu poema, y dejaste huellas en la vida de cada corazón que llegaste a tocar.
Las cosas cambiaron mucho desde tu primera partida, pensaste que tenias que aprender a vivir por tu cuenta, y no tuve el valor para impedir que te fueras... Aun así regresaste, pero ya era algo tarde para ambos, no eramos los mismos y aun así intente hacer las cosas bien...
En la ultima charla que tuve contigo te defraude; esperabas de mi algo que yo no podía darte, y veías en mi a una persona que yo no podía llegar a ser... Viste mi fragilidad y me dejaste desplomarme, y yo me sentí fracasado, fracasado ante tus ojos, y fue la ultima vez que supe de ti...
Alguna vez me dijiste que nos harías olvidar, que después de tu partida no recordaríamos quien fuiste o que alguna vez fuiste real, pero solo te llevaste mis mejores recuerdos de ti, y me siento ahora tan vacío intentando recordar lo que alguna vez fuiste en mi. Fuiste mi ángel, lo se, pero no puedo recordar por que, y en tu historia se han perdido tantas cosas, y mi mente esta vacía, pero mi corazón esta lleno de ti.
¿Recuerdas aquella vieja estación? a veces aun te esperaba en ella, esperando que llegases junto al ultimo tren por la madrugada, y el reloj se consumió, el tiempo paso en vano y jamas pude saber de ti... cada noche cerraba los ojos esperando inútilmente el encontrarte, y me engañaba con algunas memorias de ti, las pocas que aun conservaba.
Lo ultimo que te pedí fue quedarte a mi lado, lo mas egoísta que le haya pedido a alguien jamas... quedarte conmigo y ser mía cuando tu solo querías descansar; este mundo nunca fue para ti, ambos lo sabíamos, pequeña e inocente, este mundo nunca fue para personas como tu... Tu don, mas una maldición que otra cosa, y tu eras tan feliz, y eso, gracias Dios, es lo único que jamas podría olvidar de ti.
Me pregunto que hubiera sido si tu aun estuvieras aquí... ¿Hubiésemos cumplido todas nuestras promesas? Te hice prometer tantas cosas por que en algún lugar de mi retorcida mente pensé que, si quedabas en deuda conmigo, no tendrías el valor para partir... que podía mantenerte viva con la ilusión de tener tantas cosas aun por hacer, y que estúpido fui. Si aprendí que la muerte no espera, y en tu carta solo quedan aquellos anhelos por no defraudar lo que tu creías que yo esperaba de ti... Solo quería amarte y verte feliz, compartir mi mundo con alguien que lo hiciese brillar, nada que tu no me pudieras dar, nada para lo cual necesitases toda una vida, solo un instante para saber que era real, y que ambos habíamos cumplido ya con ello todo lo que prometimos ingenuamente cuando creímos tener toda una vida por delante, una vida que nos llevaría a encontrarnos en un futuro quizá no muy lejano y no nos volvería a separar jamas.
Si solo ¡oh Dios! supieras cuanto te extraño; aun el silencio de tus últimos días, aun la intriga por saber que era de ti, y si aun seguías enamorada de mi...
Si te quedas a mi lado... Si aun estas allí
Fuiste aquel ángel al que espere en mis sueños, el que me dio fe
Mi compañera, mi mentira y mi realidad
Fuiste magia en un mundo aburrido y cruel
Mi princesa, mi agonía
Y sin ti he tenido que aprender a vivir
viernes, 29 de marzo de 2013
sábado, 23 de marzo de 2013
El pequeño angel que me regalo la luna...
Les he contado que he sido un ermitaño, un coleccionista de sentimientos y que pago por ellos silencio; que he vivido siendo una sombra, un pie de pagina para los demás...
Encontré una persona que me hizo dudar de todo esto hace ya algunos años; alguien que me dio identidad, que me hizo recordar mi propia vida, alguien a quien le confié el sonido de mi voz. Aquella misma persona que hizo de mi un ángel, y que de algún modo encontró en mi el silencio que ella necesitaba en su vida.
Nunca supe como ocurrió; de ser una voz anónima, un extraño a cientos de kilómetros, realmente me sentí importante, sentí que alguien me necesitaba, sentí que podía cambiar su mundo, o al menos ser parte de el. Creo que fui bastante egoísta al pensar de este modo por tanto tiempo, y ahora entiendo perfectamente lo tonto que fui, por que no se trataba de mi, solo se trataba de ser felices, siempre se ha tratado de eso...
Sonríe... en una sonrisa queda plasmada toda una vida de desvelos, de delirios, de tonterías y aciertos, de filosofías extrañas, mas absurdas que nuestra embriagues de risa cada noche bohemia y prolongada, ya sumidos en el sopor que antecede muy apenas al sueño, aquellas eternas llamadas... de pequeñas cosas tan insignificantes que eran tan grandes para ti y para mi... la noche nos pertenecía; nuestros pequeños mundos, uno dentro del otro, y una misma luna que nos iluminaba a los dos... El universo entero era nuestro, por ser tontos, por ser egoístas, por ser ambos soñadores perdidos en la inmensidad de su propia insignificancia, eramos tan tontos, y por eso el mundo entero nos pertenecía.
Nunca conocí a alguien que me hiciera tan feliz con el simple hecho de escucharle, a alguien con quien no necesitara un tema de que hablar, que cualquier cosa era suficiente si la compartíamos los dos y solo los dos... nos adueñamos de tantas cosas tu y yo que me es tan difícil olvidarte; eres simplemente aire, tan simple como eso...
No es difícil extrañarte cada noche que me siento solo; cada vez que cuento algo que nadie mas entiende; cuando me siento diferente y necesito a alguien como tu, alguien que jamas me juzgara y que se que reirá junto a mi o al menos me entenderá. No es nada difícil extrañarte...
También has sido silencio, un silencio que consume, que sofoca, un silencio mas profundo que el abismal océano; un mundo tan pequeño que aun me guarda tantos secretos... Jamas me he descubierto tanto como lo he hecho contigo, jamas he brindado tanto de mi, y tu eres simplemente un misterio, una persona complicada, que, Dios, ¡guardas un secreto en cada estrella!, y ese afán mio por conocerlos todos me lleva al borde del delirio cuando no estas a mi lado. Quizá realmente no ocultes nada, tal vez sepa todo de ti, y aun así eres tan complicada, tan insondeable e impredecible, simplemente perfecta a tu muy peculiar manera, pues de algún modo tu eres tan parecida a mi...
Fuiste mi musa
Fuiste mil veces perdón
Fuiste mi estrella, mi amiga, mi escudera cuando fui caballero andante...
Fuiste sonrisa y llanto, todo lo que puedes ser en la vida de alguien mas; fuiste etérea, espejismo y realidad
Fuiste, eres y seras... y al menos seras recuerdo por siempre y para siempre jamas...
Encontré una persona que me hizo dudar de todo esto hace ya algunos años; alguien que me dio identidad, que me hizo recordar mi propia vida, alguien a quien le confié el sonido de mi voz. Aquella misma persona que hizo de mi un ángel, y que de algún modo encontró en mi el silencio que ella necesitaba en su vida.
Nunca supe como ocurrió; de ser una voz anónima, un extraño a cientos de kilómetros, realmente me sentí importante, sentí que alguien me necesitaba, sentí que podía cambiar su mundo, o al menos ser parte de el. Creo que fui bastante egoísta al pensar de este modo por tanto tiempo, y ahora entiendo perfectamente lo tonto que fui, por que no se trataba de mi, solo se trataba de ser felices, siempre se ha tratado de eso...
Sonríe... en una sonrisa queda plasmada toda una vida de desvelos, de delirios, de tonterías y aciertos, de filosofías extrañas, mas absurdas que nuestra embriagues de risa cada noche bohemia y prolongada, ya sumidos en el sopor que antecede muy apenas al sueño, aquellas eternas llamadas... de pequeñas cosas tan insignificantes que eran tan grandes para ti y para mi... la noche nos pertenecía; nuestros pequeños mundos, uno dentro del otro, y una misma luna que nos iluminaba a los dos... El universo entero era nuestro, por ser tontos, por ser egoístas, por ser ambos soñadores perdidos en la inmensidad de su propia insignificancia, eramos tan tontos, y por eso el mundo entero nos pertenecía.
Nunca conocí a alguien que me hiciera tan feliz con el simple hecho de escucharle, a alguien con quien no necesitara un tema de que hablar, que cualquier cosa era suficiente si la compartíamos los dos y solo los dos... nos adueñamos de tantas cosas tu y yo que me es tan difícil olvidarte; eres simplemente aire, tan simple como eso...
No es difícil extrañarte cada noche que me siento solo; cada vez que cuento algo que nadie mas entiende; cuando me siento diferente y necesito a alguien como tu, alguien que jamas me juzgara y que se que reirá junto a mi o al menos me entenderá. No es nada difícil extrañarte...
También has sido silencio, un silencio que consume, que sofoca, un silencio mas profundo que el abismal océano; un mundo tan pequeño que aun me guarda tantos secretos... Jamas me he descubierto tanto como lo he hecho contigo, jamas he brindado tanto de mi, y tu eres simplemente un misterio, una persona complicada, que, Dios, ¡guardas un secreto en cada estrella!, y ese afán mio por conocerlos todos me lleva al borde del delirio cuando no estas a mi lado. Quizá realmente no ocultes nada, tal vez sepa todo de ti, y aun así eres tan complicada, tan insondeable e impredecible, simplemente perfecta a tu muy peculiar manera, pues de algún modo tu eres tan parecida a mi...
Fuiste mi musa
Fuiste mil veces perdón
Fuiste mi estrella, mi amiga, mi escudera cuando fui caballero andante...
Fuiste sonrisa y llanto, todo lo que puedes ser en la vida de alguien mas; fuiste etérea, espejismo y realidad
Fuiste, eres y seras... y al menos seras recuerdo por siempre y para siempre jamas...
Mi pequeño angel obscuro...
Mi vida ha pasado por muchos cambios a lo largo del tiempo; mi personalidad, mi forma de ver la vida... He tenido muchos tropiezos, y en lo particular, la época en la que mas tropecé fue en mi adolescencia...
En esa época conocí el dolor de el amor no correspondido, supe por primera vez lo que era el vacío que te deja el perder a un ser amado, enfrente a la muerte por primera vez; ver la vida desde un angulo completamente diferente me hizo buscar en las letras la única salvación a mi cordura, y sentí que perdí todo atisbo de identidad que aun permanecía dentro de mi y todo lazo que me unía a este mundo... Si ya de por si vivía en mi propia realidad, dentro de mi propio pequeño mundo, mis ojos se cegaron y negaron todo lo que no fuera, a mi parecer, la realidad en la que yo quería existir.
En esa utopía yacía cuando la conocí por primera vez... y pensar que nuestra primera charla fue mas bien una pelea que una amistosa presentación...
En fin, su terquedad fue lo que nos unió en primer lugar, y esa forma tan peculiar de pensar... Me veía siempre reflejado en ella; lo que yo vivía, ella de antaño lo conocía, y su viaje fue para mi una guía que siempre me mostró la salida. Fue como la hermana mayor que siempre desee tener, un pequeño ángel guardián, ella, el primer ángel que encontré...
Siempre existió un equilibrio, todo lo que ella me daba, todo lo que yo pude darle; fue la primera en escuchar mi voz, en escuchar lo mucho que tenia yo para decir, todo lo que había callado en mis cortos años de vida; le confié mi soledad, y por ella jamas he vuelto a estar solo...
A veces te pierdes en ti misma de una manera tan indecible que me cuesta imaginar que aun te acuerdas de mi, y me cuesta recordar esa época de antaño donde solíamos ser el único consuelo mutuo que nos brindaba paz.
Nuestra vida cambio, para bien, no puedo decir que para mal, y nuestros caminos nos han llevado lejos, muy lejos de aquellas viejas conversaciones, nuestras meditabundas cartas y nuestras odas a la soledad tan exuberantes y depresivas, que se que concuerdas conmigo, da tanta risa haber crecido ya tanto y mirar entonces atrás... ¡Eramos, por Dios, tan ingenuos e inmaduros!...
Juntos aprendimos a vivir, me enseñaste que la vida no era tan obscura como yo pensaba, a superarme, a retarme a mi mismo por que tu me retabas a crecer, y ahora te debo mucho de lo que soy y de los ideales que tengo. Mi gran mentora de la vida; eramos tan ingenuos los dos, y aun sin embargo había tanto que aprender de ti.
Mi pequeña consejera siempre dispuesta a escuchar. Sufría contigo cuando tu sufrías, y era tan feliz cuando tu lo eras, y mitigabas con tus palabras toda duda que tuviese mi alma; Siempre te lo he dicho, eres uno de los grandes pilares de mi vida, aquellos que me mantienen cuerdo, a quienes confió toda mi felicidad y sobre los cuales he construido el futuro en el que espero me acompañen, y el presente, ya que nunca has dejado de ser.
Me hace feliz mirar al pasado, ver el punto donde todo comenzó, lo que eramos y lo que somos ahora en comparación con esos viejos días en los que despertar era de por si ya cansado, vivir lo era mas. Y ahora te veo realizada, te encuentro feliz y con planes y proyectos y una vida que disfrutas. Eso me hace feliz, pues yo encontré en mi camino lo mismo que tu has encontrado, y tu formas parte de este pedazo de vida, tu alegría es mi alegría y eso nunca cambiara.
Y aun sin embargo tienes en tus manos los secretos mas profundos de mi alma, conoces mi dolor mas que cualquiera que me haya conocido, y yo te conozco bien. La distancia fue lo de menos, tu calidez siempre llega mas allá de cualquier frontera que nos separe, y tu abrazo esta plasmado en mi corazón tan profundamente; un abrazo sincero y que solo Dios sabe cuanto he extrañado desde la ultima vez que te vi.
No sabes cuanto amo recibir tus cartas, cuanto valoro todo aquello que me has dado (Si vieses lo absorto que me tiene el pequeño obsequio que me diste la ultima vez, el principal motivo de mis desvelos estas noches, y que tan difícil es leerlo; me siento pequeño e insignificante ante el torrente de sus palabras, de su rebuscada e intrínseca personalidad). Hubo días en los que tu carta me significaba el único refugio que me quedaba, que me aferraba a ella para no poder hundirme mas. Me perdía en tus palabras, en tu peculiar letra, en tus anécdotas e historias, en tus aflicciones y alegrías, y sabia que, por mas solo que me sintiera, tenia esperando por mi a un pequeño ángel, y que ella jamas me abandonaría.
Lloraste conmigo, reíste conmigo, me cuidaste y te cuide
Fuiste mi primer ángel, mi guardián y mi guarida
Fuiste luz en las tinieblas de mi vida
Fuiste fuego, fuiste hielo, y forjaste con ello mi alegría
Mi poetiza, mi mejor amiga
Jamas seras recuerdo para alguien que jamas te olvida
Jamas dejaras de ser.
En esa época conocí el dolor de el amor no correspondido, supe por primera vez lo que era el vacío que te deja el perder a un ser amado, enfrente a la muerte por primera vez; ver la vida desde un angulo completamente diferente me hizo buscar en las letras la única salvación a mi cordura, y sentí que perdí todo atisbo de identidad que aun permanecía dentro de mi y todo lazo que me unía a este mundo... Si ya de por si vivía en mi propia realidad, dentro de mi propio pequeño mundo, mis ojos se cegaron y negaron todo lo que no fuera, a mi parecer, la realidad en la que yo quería existir.
En esa utopía yacía cuando la conocí por primera vez... y pensar que nuestra primera charla fue mas bien una pelea que una amistosa presentación...
En fin, su terquedad fue lo que nos unió en primer lugar, y esa forma tan peculiar de pensar... Me veía siempre reflejado en ella; lo que yo vivía, ella de antaño lo conocía, y su viaje fue para mi una guía que siempre me mostró la salida. Fue como la hermana mayor que siempre desee tener, un pequeño ángel guardián, ella, el primer ángel que encontré...
Siempre existió un equilibrio, todo lo que ella me daba, todo lo que yo pude darle; fue la primera en escuchar mi voz, en escuchar lo mucho que tenia yo para decir, todo lo que había callado en mis cortos años de vida; le confié mi soledad, y por ella jamas he vuelto a estar solo...
A veces te pierdes en ti misma de una manera tan indecible que me cuesta imaginar que aun te acuerdas de mi, y me cuesta recordar esa época de antaño donde solíamos ser el único consuelo mutuo que nos brindaba paz.
Nuestra vida cambio, para bien, no puedo decir que para mal, y nuestros caminos nos han llevado lejos, muy lejos de aquellas viejas conversaciones, nuestras meditabundas cartas y nuestras odas a la soledad tan exuberantes y depresivas, que se que concuerdas conmigo, da tanta risa haber crecido ya tanto y mirar entonces atrás... ¡Eramos, por Dios, tan ingenuos e inmaduros!...
Juntos aprendimos a vivir, me enseñaste que la vida no era tan obscura como yo pensaba, a superarme, a retarme a mi mismo por que tu me retabas a crecer, y ahora te debo mucho de lo que soy y de los ideales que tengo. Mi gran mentora de la vida; eramos tan ingenuos los dos, y aun sin embargo había tanto que aprender de ti.
Mi pequeña consejera siempre dispuesta a escuchar. Sufría contigo cuando tu sufrías, y era tan feliz cuando tu lo eras, y mitigabas con tus palabras toda duda que tuviese mi alma; Siempre te lo he dicho, eres uno de los grandes pilares de mi vida, aquellos que me mantienen cuerdo, a quienes confió toda mi felicidad y sobre los cuales he construido el futuro en el que espero me acompañen, y el presente, ya que nunca has dejado de ser.
Me hace feliz mirar al pasado, ver el punto donde todo comenzó, lo que eramos y lo que somos ahora en comparación con esos viejos días en los que despertar era de por si ya cansado, vivir lo era mas. Y ahora te veo realizada, te encuentro feliz y con planes y proyectos y una vida que disfrutas. Eso me hace feliz, pues yo encontré en mi camino lo mismo que tu has encontrado, y tu formas parte de este pedazo de vida, tu alegría es mi alegría y eso nunca cambiara.
Y aun sin embargo tienes en tus manos los secretos mas profundos de mi alma, conoces mi dolor mas que cualquiera que me haya conocido, y yo te conozco bien. La distancia fue lo de menos, tu calidez siempre llega mas allá de cualquier frontera que nos separe, y tu abrazo esta plasmado en mi corazón tan profundamente; un abrazo sincero y que solo Dios sabe cuanto he extrañado desde la ultima vez que te vi.
No sabes cuanto amo recibir tus cartas, cuanto valoro todo aquello que me has dado (Si vieses lo absorto que me tiene el pequeño obsequio que me diste la ultima vez, el principal motivo de mis desvelos estas noches, y que tan difícil es leerlo; me siento pequeño e insignificante ante el torrente de sus palabras, de su rebuscada e intrínseca personalidad). Hubo días en los que tu carta me significaba el único refugio que me quedaba, que me aferraba a ella para no poder hundirme mas. Me perdía en tus palabras, en tu peculiar letra, en tus anécdotas e historias, en tus aflicciones y alegrías, y sabia que, por mas solo que me sintiera, tenia esperando por mi a un pequeño ángel, y que ella jamas me abandonaría.
Lloraste conmigo, reíste conmigo, me cuidaste y te cuide
Fuiste mi primer ángel, mi guardián y mi guarida
Fuiste luz en las tinieblas de mi vida
Fuiste fuego, fuiste hielo, y forjaste con ello mi alegría
Mi poetiza, mi mejor amiga
Jamas seras recuerdo para alguien que jamas te olvida
Jamas dejaras de ser.
sábado, 16 de marzo de 2013
¿Que soy yo para ti?
¿Alguna vez te has preguntado que es tu vida? Yo me he hecho esa pregunta millones de veces, la he analizado con cada punto de vista que ha procreado mi efímera y delirante mente. Me he visto muerto, vació, intrincado, pequeño, enorme, invisible, tangible, sutil; todo lo que alguna vez fui para mi, lo que mi mente me grito alguna vez que era... He sido todo lo que he querido ser, y mi alma me deja engañarme.
No me importa mentirme a mi mismo, es solo parte de vivir... pero hay muchas cosas que están fuera del alcance de mis manos, pequeños golpes de realidad; pequeños golpes...
Yo se quien soy para mi, pero no se quien soy para los demás...
Alguna vez yo fui un ángel, o al menos para alguien lo fui... pero ahora no estoy tan seguro de ello...
De algún modo he sido un fantasma en la vida de muchas personas; un misterio, un pequeño enigma, un pie de pagina que nadie se molesta en leer... Soy como el mudo que solo sabe escuchar, que nunca se ha molestado en buscar su propia voz; un coleccionista de sentimientos ajenos, enfermo y triste que se llena las manos con su extraño tesoro y regala a cambio silencio, el silencio que todos necesitan para poder vivir...
No he sido nada mas que un pasajero, un viajero sin rumbo; me utilizan, me desechan, y yo sigo y encuentro un nuevo destino, un nuevo proyecto, una nueva joya que poseer; entonces, ¿Por que he dejado huella en la vida de algunas personas? Una huella tan indeleble, una huella que me convierte en ángel, una huella que aparenta tener voz, que parece regalar amor...
Nunca he buscado, como dice aquel viejo poema de antaño, dejar en la memoria de los hombres mi canción, solo he buscado vivir, trascender, perderme en mi propio ser, en mi presente y en mi pasado; vivir mi simple y compleja vida, y aun sin embargo me da nostalgia el ser nada, ser nadie para los demás.
Muchos me han acusado de no compartir mi vida con nadie, de ser reservado y frio, y de que escucho mas de lo que yo ofrezco al charlar... Eso es lo que soy, lo que me hace una marioneta para algunos, y lo que me ha convertido en alguien tan especial para otros. Pocas personas me poseen, pocas personas me conocen, conocen como pienso, aun menos conocen mis sentimientos. Mi mundo es tan pequeño, un mundo tan insignificante en una realidad tan grande, y solo me siento una sombra sin figura y sin identidad... me moldean a su gusto, a su imagen y semejanza, hasta encontrar en mi lo que ellos desean encontrar.
Pues bien, para algunos fui un ángel, y para cada persona que me convirtió en el tuve un regalo; les regale mi voz y un fragmento de mi vida, algo que los demás jamas han poseído de mi... he sido suyo desde el momento en que les conocí, y vivo para estas personas de un modo que jamas he vivido para el resto del mundo. Con el tiempo les contare la historia de estas 4 personas, y quizá contando su historia logre encontrar la respuesta que tantos años he buscado; ¿Quien soy yo para ti?
No me importa mentirme a mi mismo, es solo parte de vivir... pero hay muchas cosas que están fuera del alcance de mis manos, pequeños golpes de realidad; pequeños golpes...
Yo se quien soy para mi, pero no se quien soy para los demás...
Alguna vez yo fui un ángel, o al menos para alguien lo fui... pero ahora no estoy tan seguro de ello...
De algún modo he sido un fantasma en la vida de muchas personas; un misterio, un pequeño enigma, un pie de pagina que nadie se molesta en leer... Soy como el mudo que solo sabe escuchar, que nunca se ha molestado en buscar su propia voz; un coleccionista de sentimientos ajenos, enfermo y triste que se llena las manos con su extraño tesoro y regala a cambio silencio, el silencio que todos necesitan para poder vivir...
No he sido nada mas que un pasajero, un viajero sin rumbo; me utilizan, me desechan, y yo sigo y encuentro un nuevo destino, un nuevo proyecto, una nueva joya que poseer; entonces, ¿Por que he dejado huella en la vida de algunas personas? Una huella tan indeleble, una huella que me convierte en ángel, una huella que aparenta tener voz, que parece regalar amor...
Nunca he buscado, como dice aquel viejo poema de antaño, dejar en la memoria de los hombres mi canción, solo he buscado vivir, trascender, perderme en mi propio ser, en mi presente y en mi pasado; vivir mi simple y compleja vida, y aun sin embargo me da nostalgia el ser nada, ser nadie para los demás.
Muchos me han acusado de no compartir mi vida con nadie, de ser reservado y frio, y de que escucho mas de lo que yo ofrezco al charlar... Eso es lo que soy, lo que me hace una marioneta para algunos, y lo que me ha convertido en alguien tan especial para otros. Pocas personas me poseen, pocas personas me conocen, conocen como pienso, aun menos conocen mis sentimientos. Mi mundo es tan pequeño, un mundo tan insignificante en una realidad tan grande, y solo me siento una sombra sin figura y sin identidad... me moldean a su gusto, a su imagen y semejanza, hasta encontrar en mi lo que ellos desean encontrar.
Pues bien, para algunos fui un ángel, y para cada persona que me convirtió en el tuve un regalo; les regale mi voz y un fragmento de mi vida, algo que los demás jamas han poseído de mi... he sido suyo desde el momento en que les conocí, y vivo para estas personas de un modo que jamas he vivido para el resto del mundo. Con el tiempo les contare la historia de estas 4 personas, y quizá contando su historia logre encontrar la respuesta que tantos años he buscado; ¿Quien soy yo para ti?
jueves, 14 de marzo de 2013
¿Alguna vez has pensado en volar?
Es
interesante como el flujo de la vida viene y va, te arrebata un par de
cosas para darte algunas otras; este flujo no siempre es positivo, y no
siempre ganas mas de lo que pierdes, pero hay que saber valorar lo
obtenido, no por el valor del mismo, si no por el valor de las cosas que
has sacrificado para obtenerlo...
Dirán, ¿A que viene todo esto? y es para comenzar una pequeña anécdota que quisiera contar...
Las mismas leyes que rigen el flujo de tu vida, rigen por igual a las personas que te encuentras en tu camino...
De la misma manera que encuentras paz, amor, tristeza y un par de tragedias, encontraras personas que pasaran sin dejar huella, otras tantas de las que te enamoraras, y con suerte, algunas pocas que te acompañaran por el resto de tu vida, pero me gustaría enfocarme en aquellas que solo marcan una etapa de tu vida, aquellas que te juraron lealtad, y son las primeras en lanzar la piedra que acabaría con tu alegría.
Para bien o para mal, han existido un par de personas así en mi vida; personas a las que les entregue todo lo que tenia para darles y, cuando menos pensé, me dieron la espalda llevándose una parte de mi consigo. Al principio fue doloroso, mas de lo que yo mismo podía soportar, haber dado tanto y haber recibido tan poco, pero con el tiempo adquirí una nueva perspectiva de lo que paso realmente aquellos días...
Somos seres libres, nacimos para volar, pero nos gusta lanzar cadenas y anclarnos a cualquier cosa para sentirnos felices; fingimos ser cautivos de algo por que nos gusta sentirnos presos, nos gusta mucho sentirnos seguros, esa seguridad que no encontrarías volando hacia un horizonte que no conoces, pero esas ataduras no te dan libertad, no te dan la felicidad que anhelas... solo son cadenas, que si bien de oro, que si bien de seda, pero al final del día, sabes que tu camino se encuentra truncado, y que no conocerás nada mas allá de lo que midan tus ataduras y te permitan tus alas; sabiamente dice aquella vieja canción de antaño, que hasta la belleza cansa, y los espejismos se apagan, o bien ya no son suficientes, y queremos volar una vez mas...
Tal vez no me doy a entender de esta manera, así que lo pondré de otro modo que quizá resulte mas fácil y explique mejor mi punto. Tan nos gusta atarnos a los demás, como nos gusta que ellos se aten a nosotros, pero no somos dueños de la vida de alguien mas... Ese es el problema, el meollo del asunto que causa tantas penurias a lo largo de nuestra existencia... que nos creemos dueños de todo solo por que podemos tenerlo, y duele darse cuenta de que la realidad no es así... Cada persona buscara su felicidad, tiene todo el derecho de hacerlo, y quizá con las cadenas que los unen a nosotros no son capaces de explorar y experimentar que puede encontrar mas allá; Fuimos puerto seguro por algún tiempo, y no podemos culparles por abandonarlo en algún momento... El flujo de la vida cambia, y si es su momento de brillar, lo hará con nosotros o sin nosotros a su lado, y nosotros seguiremos volando, y buscaremos mas tarde otro puerto donde descansar...
Romper cadenas no siempre es malo, no solo liberamos a otra persona, nos liberamos nosotros mismos, y tenemos que recordar que tenemos alas; no ansiemos la felicidad que encontramos en aquel lugar, en aquella persona o en aquel momento; mejor pensemos en lo que podríamos encontrar mas adelante, que lo pasado es pasado y no volverá... Aquellas personas que realmente importan son las que viajan a tu lado por su propia voluntad, sin nada de por medio, nada que los obligue a quedarse, por mas tenue que sea, aquellas que si se alejan pueden decidir si volverán, y no serán como aquel reo que escapa de su celda y anhela no volverla a habitar...
Dirán, ¿A que viene todo esto? y es para comenzar una pequeña anécdota que quisiera contar...
Las mismas leyes que rigen el flujo de tu vida, rigen por igual a las personas que te encuentras en tu camino...
De la misma manera que encuentras paz, amor, tristeza y un par de tragedias, encontraras personas que pasaran sin dejar huella, otras tantas de las que te enamoraras, y con suerte, algunas pocas que te acompañaran por el resto de tu vida, pero me gustaría enfocarme en aquellas que solo marcan una etapa de tu vida, aquellas que te juraron lealtad, y son las primeras en lanzar la piedra que acabaría con tu alegría.
Para bien o para mal, han existido un par de personas así en mi vida; personas a las que les entregue todo lo que tenia para darles y, cuando menos pensé, me dieron la espalda llevándose una parte de mi consigo. Al principio fue doloroso, mas de lo que yo mismo podía soportar, haber dado tanto y haber recibido tan poco, pero con el tiempo adquirí una nueva perspectiva de lo que paso realmente aquellos días...
Somos seres libres, nacimos para volar, pero nos gusta lanzar cadenas y anclarnos a cualquier cosa para sentirnos felices; fingimos ser cautivos de algo por que nos gusta sentirnos presos, nos gusta mucho sentirnos seguros, esa seguridad que no encontrarías volando hacia un horizonte que no conoces, pero esas ataduras no te dan libertad, no te dan la felicidad que anhelas... solo son cadenas, que si bien de oro, que si bien de seda, pero al final del día, sabes que tu camino se encuentra truncado, y que no conocerás nada mas allá de lo que midan tus ataduras y te permitan tus alas; sabiamente dice aquella vieja canción de antaño, que hasta la belleza cansa, y los espejismos se apagan, o bien ya no son suficientes, y queremos volar una vez mas...
Tal vez no me doy a entender de esta manera, así que lo pondré de otro modo que quizá resulte mas fácil y explique mejor mi punto. Tan nos gusta atarnos a los demás, como nos gusta que ellos se aten a nosotros, pero no somos dueños de la vida de alguien mas... Ese es el problema, el meollo del asunto que causa tantas penurias a lo largo de nuestra existencia... que nos creemos dueños de todo solo por que podemos tenerlo, y duele darse cuenta de que la realidad no es así... Cada persona buscara su felicidad, tiene todo el derecho de hacerlo, y quizá con las cadenas que los unen a nosotros no son capaces de explorar y experimentar que puede encontrar mas allá; Fuimos puerto seguro por algún tiempo, y no podemos culparles por abandonarlo en algún momento... El flujo de la vida cambia, y si es su momento de brillar, lo hará con nosotros o sin nosotros a su lado, y nosotros seguiremos volando, y buscaremos mas tarde otro puerto donde descansar...
Romper cadenas no siempre es malo, no solo liberamos a otra persona, nos liberamos nosotros mismos, y tenemos que recordar que tenemos alas; no ansiemos la felicidad que encontramos en aquel lugar, en aquella persona o en aquel momento; mejor pensemos en lo que podríamos encontrar mas adelante, que lo pasado es pasado y no volverá... Aquellas personas que realmente importan son las que viajan a tu lado por su propia voluntad, sin nada de por medio, nada que los obligue a quedarse, por mas tenue que sea, aquellas que si se alejan pueden decidir si volverán, y no serán como aquel reo que escapa de su celda y anhela no volverla a habitar...
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